Hemeroteca del mes marzo 2008

El jueves pasado estuve de visita en Évora, en el Alentejo portugués, y conocí uno de los lugares más impactantes que haya visto jamás: La Capilla de Huesos. Es un lugar tan extraño y misterioso que cuesta trabajo imaginarse su origen. Se sabe que fue construida dentro del Convento de San Francisco para la meditación de los monjes, pero ¿a quién se le ocurrió la idea de revestir por completo paredes y columnas con huesos humanos? El ambiente de la capilla no puede ser más siniestro. Aunque me esfuerce con las palabras no lograré transmitirles lo que pálidamente pueden decirles las fotos (les recomiendo hacer click sobre las imágenes, se sorprenderán con los detalles).

LA CAPILLA

La Capilla de los Huesos era un espacio de oración y meditación sobre la efímera condición humana, construida por los frailes franciscanos a finales del siglo XVI. Para “decorarla” fueron necesarios más de cinco mil esqueletos sacados de los túmulos de las iglesias y cementerios de Évora. Sobre la puerta de la entrada, en mármol, al estilo clásico, está la célebre inscripción dirigida a los visitantes:

NOS, LOS HUESOS QUE AQUÍ ESTAMOS, POR LOS VUESTROS ESPERAMOS.

La capilla se compone de tres naves, con las paredes y columnas completamente revestidas de huesos humanos lo que le da al ambiente una penumbra trágica de cripta. Frente al altar, a la derecha, en un túmulo de mármol reposan los cuerpos de dos o tres frailes fundadores del convento franciscano. Frente al altar podemos ver también el túmulo del Obispo D. Jacinto Carlos Silvera, quien fue asesinado por los soldados de Napoleón, durante las invasiones francesas en 1808.

  
                                                                                      LA LEYENDA DE LA CAPILLA DE LOS HUESOS

Al fondo de la capilla, a la derecha, colgados de la pared hay dos cuerpos momificados (un adulto y un niño), con carne, piel y músculos. Los cuerpos fueron descubiertos en unas excavaciones hechas en La Capilla en el siglo XVIII. Sin embargo, existe una leyenda que dice que los cuerpos son de un padre y su hijo. Según la historia, que hace parte de la tradición oral eborense, un niño golpeaba a su madre, maltratándola. El padre era cómplice, consintiendo las malas acciones del hijo. La pobre mujer, en el momento de su muerte, les deseó la siguiente desgracia: “Que la tierra de vuestras sepulturas no los deshaga”. Y así, padre e hijo, después de muertos quedaron momificados, porque la tierra no quiso consumirlos, cumpliéndose la maldición por las malas acciones que practicaron en vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL POEMA
Un soneto sin firma cuelgan de la columna derecha junto al pequeño altar. Me cuenta en una carta mi amigo Ricardo Bada que el poema se le atribuye al Padre António da Ascenção Teles. La traducción, que agradezco mucho, también es de Ricardo.

¿Dónde vas, caminante acelerado?
Párate, no prosigas adelante:
Ninguna ocupación más importante
Que esta que aquí a tu vista han presentado.

Recuerda cuántos son los que han pasado.
Cavila en que tendrás fin semejante.
Que para meditar, causa es bastante
Que todos los demás en esto han dado.

Pondera, que influido de esa suerte,
Entre del mundo ocupaciones tantas,
Tan pocas veces piensas en la muerte.

Pero si la mirada aquí levantas,
Párate, que en ocupación tan fuerte,
Cuanto más te detengas, adelantas.

Etiquetas: Viajes

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Fernando Charry Lara nació en Bogotá en 1920. A los veinticuatro años publicó su primer libro Poemas (1944). Volumen al que le siguió Nocturnos y otros sueños (1949), con prólogo de Vicente Aleixandre. La aparición de este segundo poemario le aseguró un puesto de máxima importancia en las letras colombianas. Su obra se caracteriza por la brevedad, solo cuatro libros de poemas y otros cuatro de ensayos en cincuenta y cinco años de carrera literaria. Sin embargo, se forjó como una de las grandes voces de la poesía colombiana. Juan Gustavo Cobo Borda, poeta y ensayista, lo describe así: “Con su boina, y la picardía en la mirada, Fernando Charry Lara mantenía una ecuánime apariencia de abogado en retiro y cumplido catedrático de literatura. Pero por debajo de esa pulcra figura alentaban los demonios felices de la poesía. ”
Además de ejercer la carrera de Derecho, el poeta trabajó como maestro, fue director de la Radiodifusora Nacional de Colombia y de la Extensión Cultural de la Universidad Nacional. Murió en Washington mientras visitaba a su hija Luz Helena el 22 de julio de 2004. Su cuerpo fue devuelto a Bogotá donde se le recibió con honores.
Les presento una selección muy breve y personal de su poesía e incluyo dos traducciones para los lectores portugueses.

JARDÍN NOCTURNO

La mancha del cielo azul, sombras de árboles, sombras de nubes,
y alrededor muros, ruinas, piedras que en el silencio

son frío, si la mano, si el pensamiento las roza.

De noche, retraído y apasionado,

contemplar desde allí lo lejano.

Olvidado de sí, hambriento del mundo,

vagar entre luces, ciudades, veranos. Mas luego como
cuando uno, sin saberlo,

extiende por mares su corazón
y regresa al solo sitio en que sueña:

ha pasado
el tiempo, y sin embargo

está el fulgor lunar sobre la vida. Así ilumina,

así entristece viril
al hombre la soledad de su delirio.

OLVIDO

Los días que uno tras otro son la vida.
Aurelio Arturo

La trémula sombra ya te cubre.

Sólo existe el olvido,

Desnudo,
Frío corazón deshabitado.

Y ya nada son en ti las horas
Las taciturnas horas que son tu vida.
Ni siquiera como ceniza

Oculta que trajeran
Los transparentes 

Silencios de un recuerdo.

Nada. Ni el crepúsculo te envuelve,
Ni la tarde te llena de viajes,
Ni la noche conmueve tu obstinada
Nostalgia del amor, cuando
Una tácita doncella surge de la sombra.
Oh corazón, cielo deshabitado de los sueños.


TENDIDO EN EL LECHO

El mundo a tus sueños rendido.
La noche, distante. aurora de otra tierra,
el mar y su salvaje
tristeza de animal insomne bajo la luna,
las olas que avanzan perseguidas
como el amor indomable
vagan en una vibración errante entre los aires.

Tú sientes en el pecho esas secretas
reminiscencias puras de la vida,
lejanas a los brazos
y en el sueño próximas,
y próximas más en esta hora
en el íntimo abrigo de una habitación
como al encuentro furtivo de dos amantes,
lívida ante la sola desnudez deslumbrante.

Tendido de fatiga aquí en el lecho,
de los países extraños amaste
la belleza, remota del otono
y eI obstinado anochecer en el invierno,
la ternura húmeda del paisaje,
tus pasos mudos en la ciudad descubierta,
tus pasos solitarios, el encuentro
de la adorable palidez como fantasma.

Con el movimiento triste en los dedos
no apartes esa música,
no despiertes a la vida:
estas voces que el oído rozan como alas
testigos han de ser del sueño a tus recuerdos.

ESTIRADO NO LEITO

O mundo rendido a teus sonhos
A noite, distante aurora de outra terra,
O mar e sua tristeza
selvagem de animal insone sob a lua,
as ondas que avançam perseguidas
como o amor indomável
vagam numa vibração errante entre os ares.

Tu sentes no peito essas secretas
reminiscências puras da vida,
distantes dos braços
e no sonho próximas,
e mais próximas nesta hora
no íntimo abrigo de uma alcova
como ao encontro furtivo de dois amantes,
lívida ante a solitária nudez deslumbrante.

Estirado de fadiga aqui no leito,
dos países estranhos amaste
a beleza, remota do outono
e o obstinado amanhecer no inverno,
a ternura úmida da paisagem,
teus passos mudos na cidade descoberta,
teus passos solitários, o encontro
da adorável palidez como fantasma.

Com o movimento triste nos dedos
não apartes essa música,
não despertes a vida:
estas vozes que roçam o ouvido como asas
testemunhos hão de ser do sonho em tuas lembranças.

VIAJERO

La extrañeza del lugar aunque
lo imaginaba. Lo interminable del instante
y lo áspero. Un comedor vasto como el hastío,
Mas aquí, en reposo,
el mudo mantel, el atardecer
junto a la sombra
de los recuerdos en el rostro.
Obstinada la hora
le encierra, solitario, y al hermano
que llora bajo sus pensamientos.

Un sitio siempre ajeno como el amor, un lento salón
que a los fantasmas del viaje, en bandadas,
aparece de súbito con lámparas y memorias.
Conversaciones, alas, palabras apenas,
rumor en tomo. Una cucharada
a los labios con un remordimiento
y sobre la mesa, inmóvil, desconocida;
la silenciosa blancura de sus manos.

Quisiera despertar de entre los muertos
mientras la hora sórdidamente huye.

Lo piensa mientras a su alrededor
la mosca del sueño, el periódico,
el volumen ardiente de una falda,
no importa,
qué cuerpos o miradas, la tenaz
ola de melancolía también
les llega,
y en procesiones nocturnas
los huéspedes no duermen sino avanzan
con equipajes, entre espejos y blancos uniformes,
sonrientes, solos, sonámbulos,
por carrileras, a pie, enlunados,
al subterráneo final de los trenes sin nadie.

VIAJANTE

A estranheza do lugar embora
o imaginasse. O interminável do instante
e o áspero. A mesa de jantar vasta como o fastio.
Mas aqui, em repouso,
o mudo mantel, o entardecer
junto da sombra
das lembranças no rosto.
Obstinada hora
a encerra, solitário, e ao irmão
que chora em seus pensamentos.

Um lugar sempre alheio como o amor, um lento salão
que aos fantasmas da viagem, aos bandos,
aparece subitamente com lâmpadas e memórias.
Conversas, asas, palavras apenas
rumor em torno. Uma colherada
aos lábios com um remorso
e sobre a mesa, imóvel, desconhecida,
a silenciosa brancura de suas mãos.

Quisera despertar de entre os mortos
enquanto a hora sordidamente foge.
Pensa enquanto em seu arredor
a mosca do sonho, o jornal,
o volume ardente de uma saia,
não importa
que corpos ou miradas, a tenaz
onda de melancolia também
nos chega,
e em procissões noturnas
os hóspedes não dormem como avançam
com maletas, entre espelhos e brancos uniformes,
sorridentes, solitárias, sonâmbulos,
por trilhas, a pé, alucinados,
ao subterrâneo final dos trens sem ninguém.

 

Etiquetas: autores colombinos, Escritores colombianos, Fernando Charry Lara, poesía

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